La tensión política en la España de julio del 36 se hacía realmente insoportable. Los unos mataban a los otros, y era casi de dominio público que algunos militares terminarían sublevándose contra la República. Lo que nadie sabía era ni quiénes, ni cuándo, ni dónde. El viejo cacique don Maestre de las Cuevas resultaba todo un misterio para las gentes de su pueblo. Poseedor de una gran fortuna, la convivencia en su hogar con tres mujeres, abuela, madre e hija, levantaba todo tipo de murmuraciones, que no parecían importarle. Lo único que les exigía era que no salieran de su casa, toda vez que estaban apareciendo cadáveres de mujeres brutalmente asesinadas. Con el mayor sigilo, se fue fraguando la rebelión contra el orden establecido. Un avión, el Dragon Rapide, financiado por unos pocos empresarios, trasladaría desde Canarias hasta Marruecos a un joven y ambicioso general. Maestre de las Cuevas no parecía ajeno a la operación. Con estos mimbres, el autor consigue una novela llena de ritmo, sensibilidad y suspense, que transcurre en los días previos al inicio de la Guerra Civil española. Una brillante historia que refleja una sociedad trágicamente enfrentada, donde el odio y el abuso eran frecuentes, pero que albergaba todavía en su seno una sorprendente capacidad de amor y generosidad.