Cuando Peyrefitte escribió este libro a finales de la década de 1970, acababa de volver de una larga estancia en California, donde había descubierto una libertad sexual aún desconocida. Allí, los seventies habían consolidado las conquistas del movimiento hippie, que preconizaba la paz y la libertad sexual.
Todo ello estimula intelectualmente a un Roger Peyrefitte que ya no necesita demostrar nada y que da libre curso a su imaginación y a su deseo de provocar a sus castos contemporáneos, pues esta novela es en cierto modo una ruptura con el estilo y la intención de su obra anterior. Peyrefitte, que nos había hablado de esa sociedad francesa de posguerra que tan bien conocía, parece retomar en Roy a los personajes que poblaban el internado de ?Las amistades particulares? cuarenta años antes, pero libres ahora, tras la experiencia americana del autor, para hacer y decir aquello que no estaba permitido en la timorata Europa de entonces.
Sobre un trasfondo de lucha política por el reconocimiento de la homosexualidad, el autor describe los avatares de un jovencísimo muchacho de buena familia nacido en Beverly Hills. Aunando la necesidad de ganar dinero con el placer, Roy se convierte en un prostituto de lujo, que se reparte entre clientes famosos y protectores multimillonarios.
Así, Roy no es solo un brillante estudio sociológico disimulado bajo una ficción erótica, sino también una novela llena de paradojas y de hipocresía.