La auténtica fascinación del autor y eterno atleta Phil Cousineau está en lo que Jesse Owens llamó la "vida interior" del atleta, la misteriosa fuente del instinto de sobresalir por un ideal que éstá más allá de uno mismo, que es más profundo que el de ganar -trascendiendo el género, la raza, la nacionalidad, y quizás incluso la linea entre lo humano y lo divino.
Para explorar este territorio tentador, Cousineau intercala la mitología, la religión y la historia del deporte, citando desde Homero a Whitman, desde Jim Thorpe hasta Babe Didrikson, y desde Yeats hasta Yogi Berra. Su llamamiento para reavivar el antiguo ideal griego de la integración del cuerpo, la mente y el espíritu nos recuerda que los Juegos proporcionan metáforas maravillosas sobre cómo emprender cualquier empresa: con pasión y compasión, concentración y justicia, y con un sentimiento hacia el juego sagrado del corazón de la vida.