La historia de la participación de las mujeres en la masonería ha ido pareja a la de la lucha por alcanzar la plena igualdad tanto dentro como fuera de ella. Este proceso ha estado íntimamente inscrito en los acontecimientos históricos. La persecución de la masonería por las fuerzas totalitarias, sobre todo en los países del sur de Europa, ha sido recurrente, frenando el progreso hacia la igualdad. En España, muchas escritoras, políticas y activistas sociales fueron masonas y tuvieron un destacado papel, poco conocido, en la lucha por la alcanzar las libertades y los derechos para las mujeres. Su compromiso las convierte en verdaderas pioneras de su tiempo; ejerciendo su libertad se abrieron paso para conseguir un lugar de igualdad, tanto en la sociedad como en el seno de la masonería. En su empeño les sorprendió el golpe militar de 1936 y la mayoría de ellas, masonas y republicanas, tuvieron que emprender el camino del exilio. Tras la dictadura, al configurarse nuevamente la masonería en España, las mujeres volvieron a participar en ella mediante las logias femeninas, creadas a partir de 1984 por la masonería femenina francesa, que ya había logrado su condición plenamente regular e independiente. Desde entonces la masonería femenina en España ha ocupado un lugar propio.