Nadie podía imaginar que los cuatro angelitos que guardan la cama de Macarena Trigo eran los más canallas. Quien busque los ingenuos angelitos asexuados de las angelologías clásicas, aquellos cándidos e inocentes espíritus celestes, se llevará una sorpresa. Los angelitos de Macarena Trigo son perversos como el ángel negro, infames como el ángel caído, atrevidos como el ángel sin alas y sutiles como el ángel dormido. Bajo sus alas el lector encontrará los versos más sinceros y las palabras más profundas sobre el amor y el desamor, sobre la espera, sobre la ilusión y la desconfianza.
Los poemas de " Cuatro Angelitos " componen un breve y personal catálogo emocional. Son una mirada profunda e inquietante al interior de las personas que titubean en las súplicas.