«Espejo de paciencia» fue escrito por Silvestre de Balboa en 1608 para conmemorar el secuestro y posterior liberación del obispo de La Habana, Juan de las Cabezas Altamirano. Balboa sigue la tradición de poemas épico-religiosos dedicados al modelo del héroe cristiano. Al secuestro del obispo y al pago del rescate para lograr su liberación, sigue una batalla entre los vecinos y los piratas franceses autores del secuestro. «Espejo de paciencia» muestra el mundo rico y variado en el que conviven a la vez criollos, españoles, aborígenes, africanos, franceses, italianos y portugueses. El poema presenta un héroe épico colectivo, la comunidad de vecinos unida por unos ideales semejantes, pero individualizado a la vez identificando a cada uno de los combatientes por su nombre. En este sentido, «Espejo de paciencia» es un ejemplo de la capacidad de la épica para construir ficciones con una función ideológica. El resultado de esta ficción literaria es la creación de una poética de la comunidad que presenta a unos vecinos como figuras idealizadas en defensa de su territorio ante el ataque de enemigos extranjeros.