¿Cabía hablar, a las alturas de 1958, de Adán (Adam, en la muy particular terminología del autor), o Noé en un libro de prehistoria? Manuel Gómez-Moreno (1870-1970), autor de una ingente producción científica en una gran amplitud de campos, quiso articular una prehistoria sin conflictos con el Génesis, con una vocación, enraizada en su filiación institucionista, de establecer un nexo constructivo entre la ciencia y la sociedad.
Juan Pedro Bellón, en un espléndido estudio preliminar, desentraña las claves de estas páginas y la trayectoria multifacética del autor, sin duda uno de los grandes nombres de la historiografía española del pasado siglo.