Este libro trata de explicar sintéticamente los tres factores
históricos de naturaleza socioeconómica, con referencias
también al marco jurídico-político-institucional, que han
producido la gran quiebra mundial en los casi tres últimos siglos (desde
la segunda mitad del siglo XVIII hasta finales del siglo XX) y que están
en la base de nuestras actuales sociedades desarrolladas: la Revolución
industrial con sus distintas fases, el papel desempeñado por los
trabajadores y el Estado del Bienestar. Sin un conocimiento suficiente
de nuestro pasado no nos podemos reconocer fehacientemente y, por
lo tanto, es posible lanzar erróneos proyectos de futuro. La Revolución
industrial y el proceso de industrialización han sido requisitos
necesarios, aunque no siempre suficientes, para que los países más ricos
y desarrollados del mundo hayan podido establecer Estados del
Bienestar. Los trabajadores, buena parte de ellos considerados en la
actualidad como clase media, han sido fundamentales en los cambios
históricos citados. El subdesarrollo y la dependencia subordinada de la
mayor parte de las sociedades del mundo a los países desarrollados es la
otra cara menos amable, más injusta y a menudo trágica de esta
historia. El libro concluye con una pregunta clave: ¿es necesario,
conveniente y posible mantener el Estado del Bienestar? El autor
sostiene que sí.