Ya confiesa Luis Pancorbo en el prólogo a esta obra haberse topado con el canibalismo a lo largo del tiempo y del mundo, de los años y los libros, y su intención en estas páginas: recopilar todo cuanto pudiera sobre él, un tema latente en algunas culturas, pero con plena presencia aún en la imaginación de muchos pueblos, incluidos los occidentales.
Así, con su característico estilo ameno nos acerca, por ejemplo, a una reahu de los yanomami, una ceremonia de canibalismo fúnebre que implica el consumo de cenizas de un muerto con carato o puré de plátano. Nos habla también de los lugareños del valle de Okapa, en Papúa-Nueva Guinea, gentes supervivientes del kuru, una epidemia causada por la ingesta de cerebros humanos; de las islas Marquesas y sus paisajes abruptos y solitarios, donde los enata, o marquesanos, devoraban a sus enemigos, o de las piedras verticales de la isla de Vanua Levu (Fiyi) donde ataban a las víctimas antes de comérselas.
Y es que el tema antropofágico recibe no sólo incontables retornos antropológicos sino una constante atención informativa así como amplias coberturas literarias y subliterarias, cinematográficas y televisivas. El canibalismo sigue suscitando una curiosidad insaciable. Apartado ya del camino del hombre moderno, se ha quedado de forma residual en la frontera cultural del hombre y la bestia, como un tabú consistente pero que puede quebrarse en cualquier momento, pues si bien pudo haber canibalismo en las etapas formativas de la humanidad, fue siempre ayer cuando se dio el penúltimo acto de canibalismo. En esta obra podemos acercarnos a algunos de esos casos.