Del prólogo de Gregorio Marañón entresacamos algunos de sus párrafos
que nos ayudan a comprender cuál es el contenido artístico-literario y
erudito-científico de esta extraordinaria obra:
?Pero Cádiz, en la época de las Cortes, no fue solo una urbe encantadora
como lo ha sido siempre, antes y después, sino una de las ciudades
creadoras de la España moderna?.
?La descripción material de la ciudad es también impresionante por su
sobria realidad. El mar, las murallas protagonistas, casi míticas, en la Historia
gaditana, los pa seos y los conventos e iglesias, las tiendas y despachos, los
edificios y las bibliotecas [?]?.
?[?] van desfilando por el libro de Solís los gaditanos, desde los aguadores,
los barberos y los comerciantes modestos u opulentos, hasta los abogados y
los médicos, los militares, la gente de Iglesia, los petimetres y las señoritas,
los diputados a Cortes, la multitud que vocifera en las calles o asiste a las
procesiones o a los toros [?]?.
?El autor ha construido no la crónica oficial de la ciudad en una de sus
etapas, sino la vida entera [?]?.
Y para terminar con estas citas, Gregorio Marañón dice algo que es tan real
y tan brillante como la misma ciudad de la que se habla: ?[?] Cádiz fue
desde el siglo XVIII la ciudad española de la gracia, la razón y la medida?.