La historia de la física no conoce descubrimientos que surjan de la nada. Newton describió este aspecto del conocimiento en general con la conocida frase: ?Si yo he visto más allá es porque me alzaba de pie sobre los hombros de gigantes?. Por otra parte, en los grandes descubrimientos la intuición y la casualidad jugaban a menudo un papel decisivo. A Newton se le ocurrió la idea de la gravitación cuando una manzana cayó de un árbol. Becquerel descubrió la radioactividad porque no brillaba el sol, y Einstein tuvo un rasgo de ingenio cuando se imaginó lo que podía sentir un hombre si se caía del techo de una casa.
En este libro, Thomas Bührke no cuenta tanto los grandes momentos de la física y de su significación para nuestra comprensión del mundo, sino que expone una ilustrativa imagen de los hombres, de sus esperanzas y dudas, a los que debemos aquellas horas estelares de la física. Unos logros extraordinarios del intelecto y de la fuerza de voluntad por el que no pocos pagaron un alto precio en sus vidas.