El Diálogo llamado Demócrates fue publicado por primera vez en latín en Roma (1535). Esta edición reproduce la traducción sevillana de Antonio Barba (1541), que fue revisada por su autor, el cordobés Juan Ginés de Sepúlveda. En ella aparecen tres personajes: el alemán criptoluterano Leopoldo, el soldado español Alonso de Guevara y el sabio griego Demócrates, del que se sirve el autor para exponer una concepción de la política, de la sociedad, de la religión y de la guerra distante tanto del humanismo evangélico de Erasmo como del realismo irreligioso de Maquiavelo. Del primero le separa su defensa de la guerra y de los valores inherentes a ésta: la magnanimidad y la búsqueda del honor, la gloria y la fama; del segundo, condena su concepción amoral de la acción política y del cristianismo como una religión que hace débiles a los hombres. Estas coordenadas delimitan la reivindicación por Sepúlveda de la vida activa y de la participación del ciudadano en cuanto es propio del mundo: desde la guerra al gobierno de los asuntos públicos, desde la búsqueda de la riqueza y honores hasta el amor a las letras, pero todo ello sin descuidar el vínculo con la religión, un patriotismo que eleva a los españoles a máximos protagonistas de la historia del momento y la admiración por una antigüedad clásica de donde surgen los modelos de vida y obra que todo hombre valioso debe imitar.