Los escritos de este volumen fueron escritos en la época de mayor plenitud y madurez de su autor. En ellos prevalecen dos ideas que pueden parecer opuestas: por un lado, la gravísima enajenación del género humano y, por otro, una inquebrantable fe en el hombre. Una paradoja aparente cuya resolución pasa por tratar ambos extremos: señalar la destructiva y funesta alienación del hombre actual en toda su magnitud y, al propio tiempo, explicar el curso de vida que puede llevarlo a la felicidad.
Las utopías “realistas” persistirán mientras las personas sean conscientes de su potencial de superación. Y estas mismas personas, cuanto más procuren ser autoras y protagonistas de su vida, y estén dispuestas a pensar, sentir y obrar con sus propias fuerzas, tanto más desarrollarán sus capacidades para la razón y el amor. Esta es la tarea que les permitirá vivir con plenitud y relacionarse con sus semejantes sin perderse a sí mismas.