Al avanzar por bifurcaciones y rupturas, el pensamiento de Michel Foucault renueva sin cesar sus métodos (arqueología, genealogía) y sus conceptos (epistemes, dispositivos, problematizaciones). Bajo esta línea quebrada se deja leer la unidad, no de un sistema, sino de una preocupación: articular el análisis "postivo" de las normas históricas con la guía orientadora de su crisis; deshacerse de toda referencia al sujeto constituyente pero reabrir el intersticio de un "sí mismo", donde devendría posible pensar de otra manera.
Este libro propone el estudio de dos momentos precisos de la obra de Foucault: la descripción del nacimiento del nacimiento del asilo en Historia de la locura y el examen de la "subjetivación" griega en El uso de los placeres. El trabajo deja ver la invención de una nueva figura de la critica, critica sin critica, critica sin dominio, que en lugar de apelar a la razón y a los principios, se basa en las fallas singulares abiertas en el juego del saber y el poder.