Muchos son los recursos, medios y sistemas que debemos emplear para mejorar la educación, pero entre ellos, y éste es el argumento central del presente libro, el más importante es sin duda cambiar las mentes de quienes enseñan y de quienes aprenden. Necesitamos nuevas concepciones, nuevas formas de vivir el aprendizaje y la enseñanza tanto por parte de profesores como de alumnos, porque sólo así podremos lograr que en nuestras aulas la enseñanza conduzca al aprendizaje. Diversas voces se aúnan en una misma propuesta teórica, al tiempo renovadora y sencilla, según la cual la única forma de cambiar la educación es cambiar a las personas que la hacen posible. Nada cambiará si eso no cambia.