El trabajo de maestros y alumnos está condicionado por un
conjunto de estructuras, normas y prácticas que ordenan
el espacio y el tiempo de la enseñanza. Podría decirse
que organizar el trabajo --el propio o el de los demás--
es un trabajo en sí mismo, una práctica pedagógica sobre
la que reflexionar. Esta obra trata de evidenciar las
concepciones y las prácticas de la organización del
trabajo escolar --dentro y fuera del aula-- teniendo en
cuenta la historia de la escuela, la realidad actual o
incluso perspectivas, prácticas y herramientas
emergentes. Ofrece recursos útiles y claves para superar
la simple gestión de los flujos y la complejidad, y para
considerar la organización del trabajo una oportunidad de
repensar la escuela, sus ambiciones, sus finalidades.