El país del medio retrata sin ningún tipo de censura hechos que el autor ha visto y gente con quien ha convivido durante la estancia de dos años en China. El lector hallará intentos de estafa, descripciones del sistema educativo (la universidad y el parvulario), comentarios acerca del medioambiente y la filosofía, rodajes televisivos, amores posibles e imposibles, una japonesa, filipinos, una periodista traumatizada en la infancia y en la adolescencia, un artista rebelde, problemas de papeles, familias y, en fin, viajes y situaciones en las que se describen ciudades, costumbres y formas de conducta.
Este libro es una mirada irónica y al mismo tiempo trágica de un país que se encuentra en el medio de un dilema: avanzar únicamente en la esfera económica y perderse como pueblo y como cultura, o bien detener la falsa apariencia de progreso e intentar corregir los estragos que la religión del crecimiento ilimitado provoca en el equilibrio ecológico, la sociedad y las personas.
El país del medio es, en definitiva, una fuente directa para quien desee conocer mejor la China que no conviene explicar, vista y comentada por un europeo crítico no sólo con ellos sino también con nosotros.