La figura de Charles Darwin (1809-1882) destaca por la genialidad y originalidad de su pensamiento. Un pensamiento que podemos ver evolucionar a lo largo de las numerosas cartas que escribió a sus compañeros científicos, para cotejar con ellos sus ideas y visiones, buscar los puntos débiles de sus teorías y solicitar información adicional o ejemplares tanto de plantas como de animales. Son cartas que nos muestran también a un Darwin cercano y familiar, enamorado de su mujer y temeroso de su salud y de la de sus hijos, así como preocupado por el bienestar de sus amigos y compañeros, tratando siempre de ayudar a los más desfavorecidos. Por vez primera se publican en castellano los dos tomos adicionales de cartas que su hijo Francis y a A. C. Seward editaron bajo el título More Letters of Charles Darwin en 1903, dedicados a la evolución, la distribución geográfica, los caminos paralelos de Glen Roy y la vivisección, entre otros muchos temas. Todas, piezas de un puzle que nos dejan entrever la mente de Darwin y el desarrollo de sus ideas.