Estaba el sultán en el jardín de su palacio y, sin que se diera cuenta, el viento deshizo su magnífico turbante y se lo llevó ondeando hasta la fina arena del desierto. En el Sahara, el país de la sed y el calor, el turbante ofrece su sombra y su frescor a los animales del desierto que llegan hasta él: la gacela, el escorpión, el dromedario... De repente, el viento hace volar el turbante como una alfombra mágica...
A partir de 7 años.