Alfred Hitchcock decía que ver una película es como comerse un trozo de tarta. En esencia, esa sensación es lo que empuja al espectador a comprar una entrada; pero detrás del puro entretenimiento hay mucho más. Por el precio de una entrada se pueden conocer conductas sociales, patrones culturales, fantasías, instintos, valores o sentimientos. Todo ello hace de una película un espejo simbólico donde el espectador intenta descubrirse a sí mismo y a la sociedad que le rodea y, sobre todo, pasar un buen rato. En definitiva, Hitchcock tenía razón. Los autores son: Julio Montero (U. Complutense) y José Cabeza (U. Rey Juan Carlos de Madrid) ( eds. ); Mª Antonia Paz (U. Complutense); José Javier Sánchez (U. de Navarra); Joseba Bonaut (U. de Navarra); Mª del Mar Grandío (U. de Navarra); Inmaculada Sánchez (U. de Málaga); Francisco Martín (U. de Málaga); Pierre Sorlin (U. Sorbonne Nouvelle. París III); Carlota Coronado (U. Complutense); Javier Ortiz-Echagüe (U. Complutense); Alejandro Pardo (U. de Navarra); Santiago de Pablo (U. del País Vasco); Álvaro Matud (U. Complutense); Araceli Rodríguez (U. Rey Juan Carlos de Madrid ); José Gabriel Ferreras (U. de Murcia); Igor Barrenetxea (U. del País Vasco); Fátima Gil (U. Complutense); Marta García (U. de Valencia), y Robert Rosenstone (California Institute of Technology. Los Ángeles, EEUU).