¡Tendría que haber nacido en los Himalayas! —gritó desesperado un paciente que atravesaba una situación un tanto complicada. Esto, al mismo tiempo que me inspiraba el título de este libro, me animó a dar el paso definitivo para compartir todas estas historias con enseñanzas ancestrales aplicables al mundo moderno. El concepto del Dalai Lama como ser humano feliz y pleno es ampliamente aceptado por todos: aquí, en Japón o en el mismo Tíbet. Teniendo en cuenta esta verdad universalmente reconocida, surgen las siguientes reflexiones: ¿Qué hace a este ser y a otros seres como él ser tan felices y alegres? ¿Qué saben ellos que nosotros desconocemos? ¿Qué nos hemos estado “perdiendo”? ¿Cómo es posible mantener esos estados de paz y de dicha? ¿Nacieron ya así, o es fruto de algún aprendizaje? ¿Cualquiera de nosotros, “simples mortales”, somos capaces de alcanzar esos estados, a pesar de no haber nacido en el Tíbet? A través de las historias reales de superación y descubrimiento interior expuestas en este libro, se muestra, de forma clara y sencilla, las claves, métodos y enseñanzas que nos ayudarán a conseguir esos niveles de consciencia, felicidad y alegría plena. En mis frecuentes viajes de descubrimiento interior alrededor del mundo, he tenido la alegria de coincidir con diversos maestros, lamas, monjes y otros seres extraordinarios, de los cuales he aprendido y descubierto efectivos y transformadores métodos que nos conectan con los estados de bienestar de estos maravillosos seres que viven en el goce y en el amor constante. Esta obra es un relato de mis experiencias, narrado con un lenguaje sencillo y práctico para que todos podamos entender su esencia y saber cómo aplicar todas estas enseñanzas y herramientas milenarias a nuestra vida y en este mundo moderno. Si te lo permites, independientemente de tu religión, filosofía, edad o condición, la práctica de algunas de las claves que comparto en este libro marcará un antes y un después en tu vida. Comenzarás a sentirte verdaderamente dichoso, conectado con la vida, con tu verdadera naturaleza o, incluso, como dice el título, ¡más feliz que el Dalai Lama!