La historia de los museos ha pasado por numerosas etapas en las que, dependiendo del momento, se ha dado prioridad a la educación, la recolección, la conservación o el ocio. Durante varios siglos los museos desempeñaron un papel esencial en la conservación del patrimonio cultural, pero fue a mediados del siglo xx cuando comenzó a surgir un nuevo tipo de institución centrada en la comunidad. Con la llegada de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, este ha seguido evolucionando y respondiendo a diferentes circunstancias sociales y culturales.
La idea de herencia común de la humanidad comienza a madurar en un momento en el que la privatización y la especu¬lación se imponen en todos los ámbitos. En este contexto, el potencial cívico del procomún lo convierte en una herramienta ideal para revitalizar la única institución capaz de proporcionar teorías para la comprensión de los seres humanos como seres sociales, gracias a sus contenidos materiales e inmateriales.