He aquí un texto lleno de imágenes y metáforas sorprendentes sobre la salud y la enfermedad, las relaciones del alma y el cuerpo, el lenguaje, las lecturas, lo ilusorio y lo real, la soledad, la compasión y la franqueza
Virginia Woolf escribió este breve texto en 1925 a petición de T.S. Eliot, para ser publicado en la revista New Criterion. La autora discurre sobre cómo influye la enfermedad en la actividad lectora, decantándonos hacia el texto breve, hacia el poema, cuya realidad sonora nos llega con una nueva inteligibilidad e intensidad. La enfermedad, dice Woolf, nos hace ver el mundo -el mundo natural y el humano- de otra manera, y nos descubre aspectos de la realidad que no vemos cuando estamos sanos: vemos el cielo, o las flores, por ejemplo, con una mirada nueva y mucho más rica, y descubrimos también la radical soledad del ser humano. Virginia Woolf, con su sutil capacidad de análisis y su maravillosa intuición para descubrir aspectos poco atendidos de la realidad, nos presenta el hecho universal de la enfermedad bajo una luz nueva y sugerente.