El consumo de televisión se ha convertido en una actividad cotidiana para millones de personas. Pero, ¿qué
sabemos acerca del telespectador? ¿Cómo se le ha investigado? ¿Qué adjetivos se le han asignado? ¿Qué
finalidades ha tenido su estudio?
Éstas son las preguntas que intenta responder este libro. En él, se recogen las diferentes corrientes que han
definido el estudio de la audiencia de televisión a lo largo del siglo XX tanto desde la perspectiva más académica
(efectos, usos y gratificaciones, y estudios culturales) como desde la comercial (estudios de medición). Ahora
bien, es la necesidad de encontrar nociones y herramientas para abordar el presente lo que guía este recorrido por el pasado. De este modo, plantea cuestiones como la vigencia del concepto de masa, a pesar de la cada vez más extendida idea de una audiencia activa, o la necesidad de ir más allá en el ámbito de los estudios culturales,
frente a las numerosas -y a veces hasta encarnizadas- críticas que éstos están recibiendo.
Aceptada la idea de que una manera de investigar es también una manera de observar el mundo, que propicia
unas explicaciones y excluye otras, en esta obra también se reflexiona acerca del papel del investigador.