Cuando el joven Gandhi viajó a su primer destino en Sudáfrica, donde su lucha por la defensa de los derechos humanos le llevó a desarrollar activamente la resistencia no violenta, con la cual, más tarde, y ante el asombro del mundo, liberaría a la India del yugo del imperio británico, llevaba consigo como libro de cabecera el célebre ensayo de Henry David Thoreau "Sobre el deber de la desobediencia civil". Una obra determinante que también entusiasmó a León Tolstói, quien, hasta su muerte, apoyó y ayudó a moldear esta forma de protesta a su amigo Gandhi, durante las campañas de resistencia sudafricanas. Igualmente, Martin Luther King, Jr. hizo de esta obra de Thoreau la piedra angular del argumentario ético de la resistencia activa no violenta, característica del Movimiento por los Derechos Civiles, lo mismo que, de nuevo en Sudáfrica, aplicó heroicamente Nelson Mandela en la lucha contra el Apartheid.
En un momento convulso como el actual, conviene releer el ensayo de Thoreau, volver al origen de la impecable y cristalina justificación ética de porqué no basta solo con no provocar la injusticia, sino que también, lo que con frecuencia se olvida, hemos de evitar convertirnos en colaboradores necesarios, ni directos ni indirectos, de la misma. Porque de nada sirve oponerse a la injusticia de palabra mientras con nuestras actividades reales, aun indirectas, o bien mediante nuestra inacción, no hacemos sino apoyarla. La desobediencia civil responsable y la resistencia activa no violentas, han mostrado que es posible mover las montañas más altas, y pueden seguir haciéndolo. Esta versión del ensayo es una traducción completamente nueva, en la que se han corregido errores de las ediciones clásicas, bastantes de ellos incluso de interpretación sobre el sentido real del original de Thoreau.
La segunda parte de este libro es un amplio recorrido por la nutrida obra de ese naturalista y pensador adelantado a su tiempo que fue Thoreau, un "herbario" elaborado con la selección de citas destacadas de la mayor parte de sus textos, un canto permanente a la libertad, a la vida sencilla y libre de lujos que no hacen sino impedir la elevación moral de la humanidad, una oda, en fin, a la belleza y grandiosidad de la Naturaleza.