Este libro estudia, en primer lugar, qué actitudes mantienen los españoles hacia la Unión Europea (UE) y su proceso de integración y cuáles son los factores que influyen en ellas. En segundo lugar, se investiga si existe una identificación con la UE y cómo interactúan las identidades colectivas ya existentes con esta nueva e incipiente identidad. Se aborda el estudio de la actitud hacia la UE y la identificación con ella desde dos perspectivas complementarias. La primera considera ambos fenómenos como dos innovaciones políticas que se difunden gradualmente desde un núcleo de personas -más o menos amplio, pero en todo caso no mayoritario- dentro de la sociedad hacia el resto de sectores cada vez más extensos; aquí se emplea un enfoque longitudinal, para el que se han utilizado datos extraídos de las muestras españolas de los Eurobarómetros realizados por la Comisión Europea entre los años 1989 y 2002. La segunda perspectiva centra su atención en cómo se distribuyen las actitudes hacia la UE y la identificación con ella en un momento concreto del tiempo y en una determinada población que forma una red social; para esta parte, que tiene un enfoque transversal, se ha realizado un trabajo de campo en la provincia de Málaga en el año 2004. Los resultados muestran que las personas con posiciones más centrales en la sociedad española mantienen una actitud más favorable a la UE y se identifican en mayor medida con ella y que ambas innovaciones se han difundido a lo largo de los noventa hacia otros segmentos de la población. El análisis reticular pone de manifiesto que los individuos con un mayor conocimiento de la UE ejercen un liderazgo de opinión en las redes de discusión política de las que son miembros.