Uno de los textos absolutamente referenciales de la obra de Michel Onfray, con el que ha obtenido el prestigioso Premio Medicis de Ensayo. En él aparecen casi todas las claves teóricas que el autor ha desarrollado en su proyecto filosófico general: una ética de la inmanencia sostenida por nociones como las de individualismo libertario, utilitarismo festivo o erótica solar.
Onfray delimita en este libro un territorio ético decididamente ajeno a las virtudes de la renuncia y del sacrificio, o lo que es lo mismo: un contexto inasequible a la intratable melancolía que parece gobernar nuestro tiempo. Para ello reivindica las viejas virtudes representadas por la época del Renacimiento y la figura del Condotiero: una vitalidad desbordante y un talento singular para el heroísmo, condiciones necesarias para la constitución de individualidades fuertes, dotadas para la abundancia, la magnificencia, el placer y la amistad.