En Extravíos ("poner algo en otro lugar que el que debía ocupar, no encontrar la cosa en su sitio e ignorarse su paradero, dejar la carrera y forma de vida que se había empezado y tomar otra distinta"), selección de las columnas que con el mismo nombre lleva publicando en el diario El País durante más de quince años, Francisco Calvo Serraller despliega sus opiniones artísticas o literarias no en clave doctoral sino en clave intimista, y al hacerlo va desviándose-extraviándose del camino del estudioso y del crítico que también es, y de manera sobresaliente, para internarse en el camino del poeta y del creador. El resultado es espectacular: el conocedor exhaustivo se transforma a ojos del lector en una especie de sabio que conversa con él sobre los más diversos asuntos sin perder nunca de vista la materia inmaterial que los engloba a todos, es decir, esa vida sin cuyo concurso todo lo demás (la erudición, las opiniones, etc.) deja de tener sentido.
Esta antología, seleccionada y prologada por Jesús Aguado, está dividida en seis partes: textos sobre el arte, historias o fábulas que constituyen una suerte de imaginario del autor, un catálogo de temas que le obsesionan, columnas que tienen la poesía y a los poetas como motivo central, dos microrrelatos y un breve homenaje a la ciencia ficción.